17 febrero 2010

EDVARD MUNCH. "EL GRITO" DE MUNCH.

Desnudo de espaldas,1896.
Óleo sobre madera, 65x49,5 cm.
Colección Rasmus Meyer, Bergen.


"Igual que en los dibujos de Leonardo se explica la anatomía, aquí se explica la anatomía del alma... mi tarea es estudiar el alma, lo que equivale a decir, estudiarme a mí mismo... en mi arte he intentado explicar mi vida y su significado".
                        ( Munch, "Diario de un poeta loco ")


Momia de Perú. Musée de l´Homme, París.

"Sentí un grito y entonces pinté las nubes como si fuesen sangre e hice que hasta los colores gritasen".
                    (Munch, sobre "El grito") 
              

Autorretrato con antebrazo de esqueleto, 1895.
Litografía, 60x20 cm.Munch-Museet, Oslo.
Foto Calamanda, realizada en 2009, exposición temporal en Städel Museum,Frankfurt.

EDVARD MUNCH.

Loten (Hedmarck), 1863 - Ekely (Oslo), 1944.

Pintor y artista gráfico noruego. Vive una infancia trágica: su madre y su hermana Sofía mueren de tuberculosis y su padre una persona melancólica hasta la demencia.

A partir de 1881 estudia en la Real Escuela de Dibujo de Oslo, con el profesor Christian Krohg, pinta figuras humanas, paisajes naturalistas llenos de luz.

Su estilo es expresivo, colorista y muy personal. Realiza su primera exposición en 1889. En 1812, su exposición en Berlín causa un escándalo.

Durante su carrera Munch cambió de estilo varias veces:

1- Un estilo muy personal, influenciado del impresionismo y el post-impresionismo, con imágenes de enfermedad y muerte.

2- Hacia 1892. Derivó su estilo hacia el sintetismo, como podemos apreciar en “El grito”. En esta época su estilo pictórico es ligero y lo empleó mucho en sus retratos, que casi siempre eran de frente y captaban el estado de ánimo.

3- En las décadas de 1930 y 1940, los nazis etiquetaron su obra como “arte degenerado” y retiraron sus cuadros de los museos alemanes. Esto afectó mucho a Munch, que había considerado a Alemania como su patria adoptiva.

Es uno de los fundadores del expresionismo y ejerce una influencia decisiva en el desarrollo del arte moderno, especialmente en Alemania.

Muerte en la habitación, 1895.
Óleo sobre lienzo, 150x167,5 cm.
Nasjonalgalleriet, Oslo.

La pintura atormentada de Edvard Munch, en cierta manera, constituye la prefiguración del movimiento expresionista. Los expresionistas exhibieron sin pudor la moral del ser humano y su miseria física, la muerte, el erotismo… se centraron en los rostros e invaden el primer plano en la obra.

La exageración de los personajes y su deformación sugieren el drama en sus obras.

Los cuadros se caracterizan por un colorido violento e intenso, predominando el rojo y el negro, el empleo de tonos sucios, un empaste abundante y aplicada la pincelada rozando los límites de la brutalidad.

La pintura le sirvió a Munch como medio para expresar su angustia vital y su desesperación la transformó en creación. Su pintura constituye la transición entre el simbolismo y el expresionismo.

El arte desesperado de Munch crea formas retorcidas en sus obras y que sirven de vínculo con el expresionismo.

Sus cuadros describen los sentimientos más básicos de las personas, el horror, el miedo, la muerte, la desesperación, los celos, la sexualidad atormentada… sus obras reflejan sus experiencias íntimas, tanto espirituales como intelectuales. Representó los demonios que lo atormentaban.


Madonna, 1894-1895.
Óleo sobre lienzo, 91x70,5 cm.
Nasjonalgalleriert, Oslo.

Munch realiza largos viajes por Alemania, Italia y Francia y aquí es donde entra en contacto con muchos artistas y alcanza su personal y original estilo.

De la literatura escandinava y de la filosofía de Kierkegaard asimila el sentimiento trágico de la vida y la muerte y que representa magistralmente en su obra. La enfermedad y la falsa moral serán desde el principio dos temas característicos en su obra, también la muerte, ya que ocupan un lugar desde siempre en su vida.

“Sin el miedo y la enfermedad mi vida sería como un bote sin remos”
(Munch).

Munch convierte los espacios interiores de sus obras en una prisión, son como una jaula, con mucha frecuencia oscurecidos mediante la utilización de líneas irregulares… sus figuras parecen que están encerradas.

Munch también realiza una serie de bocetos mediante una técnica que consideran un invento común entre él y Toulouse-Lautrec: Consiste en realizar bocetos al óleo sobre papel o tableros unidos con cola, ellos consideraban las obras terminadas, pero no se trabajan a fondo… mucho tiempo después el público aceptó esta innovación.


Pubertad, 1894.
Óleo sobre lienzo, 151,5x110 cm.
Nasjonalleriert, Oslo.

El éxito y la modernidad de la obra de Munch consiste en la dificultad de decir con palabras lo que expresan los gestos en su pintura.


El éxito definitivo lo alcanzó Munch en Alemania. A partir de 1920 los grandes museos alemanes empezaron a interesarse por su obra… Munch ya tenía más de 60 años. La llegada de la obra del artista a los museos alemanes estuvo sujeta al gran esfuerzo realizado por distintos directores de museo para poder mostrar y dar un lugar en sus colecciones a la pintura moderna.


“Considero que el Arte contemporáneo debe estar representado en nuestros museos, no sólo por tratarse de un proceso necesario y porque se deben de reconocer los méritos de sus creadores, sino también porque así lo exige la apreciación correcta del arte del pasado”
(Max Saverlandt-director del museo de Hamburgo).


Munch junto a los artistas franceses fue el pintor favorito extranjero del público alemán.

Desnudo parisino, 1896.
Óleo sobre madera, 80,5x60,5 cm.
Nasjonalgalleriet, Oslo.

En la obra de Munch la técnica empleada, las formas, sus figuras, la posición, junto al colorido y la destreza del pincel, son las grandes características que definen su obra y la hacen única.

"Pinta, o más bien contempla las cosas de forma diferente a los demás artistas. Sólo ve lo esencial, y eso es también lo que pinta. Por ello, los cuadros de Munch quedan en general inconclusos, como la gente se complace en decir. Los cuadros, sin embargo, están terminados: son su obra. Una obra de arte está completa cuando el artista ha dicho todo lo que tenía en su corazón ... ".
(Christian Krohg)

Por el gran sinnúmero de bosquejos que acreditó con su firma, símbolo de que el cuadro está terminado, el artista nos deja bien claro la importancia que para él tenían los primeros esbozos en sus obras.

Autoretrato entre la cama y el reloj, 1940-1942.
Óleo sobre lienzo, 149,5x120,5 cm.
Munch-Museet. Oslo.

En 1940 pinta algunos autorretratos, en ellos refleja la proximidad de su muerte.

Con más de 80 años de vida pudo ser testigo de la aceptación del movimiento expresionista, del que fue uno de sus iniciadores indiscutible.

Muere el 23 de Enero de 1944 en Ekely.

Edvard Munch dona a la ciudad de Oslo sus cuadros, dibujos y grabados que estaban en su poder.

La abundante producción de Munch surge de una necesidad doble: el interés de que su obra llegue a un mayor número de personas y por otro lado la resistencia a desprenderse de sus cuadros, él quería ver su obra reunida y así ésta adquiriría sentido.

        Celos, 1907.Munch.
Foto Calamanda, exposición temporal,Städel Museum, Frankfurt.

"Yo pintaba las líneas y los colores que afectaban a mi ojo interno. pintaba de memoria sin añadir nada, sin los detalles que ya no estaban ante mí. éste es el motivo dse la simplicidad de los cuadros, su obvia vacuidad. pintaba las impresiones de mi infancia, los colores apagados de mi infancia, los colores apagados de un día olvidado".
(Edvard Munch)

DIBUJOS Y LITOGRAFÍAS DE EDVARD MUNCH.
Exposición temporal, Städel Museum, Frankfurt.
Fotos calamanda (2009).














"Mi pintura es en realidad una confesión hecha por mi propio albedrío, un intento de aclararme a mi mismo mi concepto de la vida... En el fondo, no es sino una especie de egoismo, pero no quisiera perder la esperanza de que pudiera ayudar a otros a alcanzar claridad sobre sí mismos".
(Edvard Munch).


EDVARD MUNCH: EL GRITO.


El grito, 1893.
Óleo, temple y pastel sobre cartón, 91x73,5 cm.
Nasjonalgalleriert, Oslo.

Esta obra está considerada como una de las obras maestras de la pintura de finales del siglo XIX.
Es uno de los puntos de partida de la pintura del siglo XX.


El grito es la expresión de un sentimiento de miedo, que experimenta mientras paseaba, pero esta obra expresa mucho más, refleja el estado de ánimo de toda una generación… reflejó las oscuras visiones de una realidad cada vez más confusa del hombre del siglo XX.
El grito sacude la tierra y el cielo, los colores y las formas aumentan la fuerza de expresión de la obra.


Un colorido que pasa de tonos mórbidos a colores brillantes, aplicados con un pincel nervioso, nos hace intuir la excitación interior que sufre el artista, inestable síquicamente, que refleja de manera perfecta en su obra.

El modelo que inspiró a Munch la figura central de “El grito”, según el historiador Robert Rosenblum, se trata de una momia peruana… la posición de las manos de la momia y en la figura de Munch es sorprendente.
La momia peruana se encuentra en el Musée de l´Homme de París.

El grito es fuente de inspiración de los pintores expresionistas.
Munch describió así la experiencia que le llevó a pintar su obra maestra:


“Caminaba yo con dos amigos por la carretera, entonces se puso el sol; de repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, indeciblemente cansado. Lenguas de fuego y sangre se extendían sobre el fiordo negro azulado. Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás temblando de miedo y sentí el grito enorme, infinito, de la naturaleza”
(Munch)

En esta obra Munch estilizó la figura central prolongando la longitus de los brazos, hizo del rostro una máscara cadavérica y desechó los detalles innecesarios.
Transmite el sonido transformándolo en ondas de choque, es tan terrorífico la potencia del sonido que las ondas se avalanzan sobre la figura y la distorsionan.
El sonido no hace efecto en los dos hombres que se ven a lo lejos y esto nos sugiere que el trauma sólo existe en la mente.
Las líneas onduladas del cielo y del fiordo se contrarrestan mediante la diagonal del camino.
El puente con la baranda y los veleros apenas insinuados recuerdan a Nordstrand.

“El grito” representa toda la angustia contenida en el arte expresionista de finales del siglo XIX, es un rostro sobrecogedor gritando angustiado.
Se ha convertido en el símbolo universal de la angustia.


Momia de Perú.
Musée de l´Homme, París.
"Lo que está arruinando el arte moderno es el comercio, el exigir que los cuadros se vean bien una vez que se los cuelga en la pared... no se pinta por el deseo de pintar... o con la intención de contar una historia. Yo que fui hace siete años a París lleno de curiosidad por ver el Salón y que estaba dispuesto a dejarme llevar por el entusiasmo -lo que sentí fue sólo repugnancia-".
(Edvard Munch)

             Städel Museum, Frankfurt
Foto Calamanda.