20 diciembre 2009

ZURBARÁN EN EL MUSEO PUSHKIN DE MOSCÚ.

FRANCISCO DE ZURBARÁN. MUSEO PUSHKIN.
Virgen de la leche (o Virgen con el Niño), 1658


Museo Pushkin. Moscú


Plaza Manezhaja. Moscú


MUSEO PUSHKIN


Museo Pushkin


Museo Pushkin



Escalera Principal

.
LA PINTURA RELIGIOSA

.
"Cierro los ojos para ver"

Paul Gauguin (1841-1903)


Arte Bizantino. Circle of Coppo di Marcovaldo.
Madonna and Child Enthroned.Museo Pushkin. Moscú.


La iconografía cristiana ya existía desde hacía más de un milenio cuando las innovaciones renacentistas cambiaron la forma de la representación religiosa.
Sus símbolos, su temática, su función, ya estaban establecidos en los siglos anteriores y todavía en algunos aspectos no se ha modificado.
El arte cristiano parte de la idea esencial de que Cristo, Hijo de Dios, vino a la Tierra y murió para redimir los pecados y permitir que los seres humanos alcanzaran la vida eterna.

Todas las distintas religiones del mundo han buscado su propia manera de explorar la relación del ser humano con una fuerza superior y cada religión tiene su propia percepción de dicha fuerza y su manera de definir su compromiso con ella, de esta manera, todas estas religiones es evidente que utilizaran la iconografía de forma distinta.


Bartolomé Esteban Murillo, 1617-1682
Archangel Raphael and Bishop Domonte .
Museo Pushkin. Moscú.


El siglo XVI fue testigo de un gran cambio en el seno de la Iglesia, a este cambio respondieron los artistas con representaciones cada vez más humanas.
Leonardo da Vinci presentó las innovaciones que sentaron las bases del arte del Cinquecento.
La perfección de Leonardo, los cuerpos de Miguel Ángel y la intensidad emocional de Rafael, según Vasari nunca superadas, influenciaron a la siguiente generación de artistas.

En el siglo XVII los estilos pictóricos se iban volviendo cada vez más extravagantes y expresivos. El mensaje religioso cada vez más humanizado cumplía los objetivos de la Iglesia.

A finales del siglo XVIII se les pedía a pocos artistas que llenaran las Iglesias con sus obras, sin embargo el mensaje cristiano seguía teniendo relevancia. La iconografía religiosa continuaba en boga.

Durante el siglo XIX los artistas siguieron explorando la iconografía cristiana. Los artistas aplicaron estilos innovadores a temas tradicionales. Paul Gauguin y los nabis exploraron la experiencia religiosa y el simbolismo.


El acontecimiento del nacimiento de Jesús, renace de siglo en siglo y no hay época que se escape de representar la escena de la Natividad como si hubiera tenido lugar en la sociedad en la que el artista vive.





ZURBARÁN Y SU ARTE RELIGIOSO

Hay artistas que redefinen su entorno y otros que lo reflejan.
Francisco de Zurbarán reflejó en sus cuadros las creencias religiosas y las aspiraciones de su clientela compuesta de eclesiásticos conservadores. Zurbarán reprodujo el mundo que vio como en un espejo.

La carrera de Zurbarán como pintor religioso no estuvo exenta de avatares. Trabajó y vivió durante una época de cambios dinámicos. El artista que partió de humildes comienzos, ascendió espectacularmente a cimas de gran exaltación para luego ser arrastrado suavemente en descenso hacia un final melancólico.

Francisco de Zurbarán nació en Fuente de Cantos (Extremadura) en 1598. Su padre a los quince años, según era costumbre, lo entregó al pintor Pedro Díaz de Villanueva (el maestro), quién se comprometió a enseñarle su “arte” en término de tres años. Zurbarán (aprendiz) le pagó a su maestro 16 ducados a cambio de que éste le diera también “de comer, de beber, casa y cama”.

Después del aprendizaje se convirtió en el pintor más famoso y más solicitado por los conventos y parroquias.

Por su bien hacer fue llamado a la Corte de Madrid, para intervenir con sus obras en la decoración del Salón de los Reinos con temas distintos de los que él acostumbraba, mitológicos y de batallas. No consiguió su éxito sevillano y vuelve a su taller inicial de Sevilla. Siguió trabajando para las Ordenes Religiosas, pero poco a poco su estilo dejó de gustar y volvió a intentar suerte en Madrid. Allí fueron muy escasos los encargos que le hicieron y murió en la capital de España casi en la indigencia en 1664.

Su nombre se sitúa hoy entre los más altos de toda la historia del arte español, cediendo apenas ante los de Velázquez y Goya, e igualando (cosa que hasta hace pocos años era impensable) al del Greco.


Zurbarán.El Niño Jesús Bendiciendo
Tabla 0,42 x 0,27 cm.
Al dorso hay un fénix grabado sobre campo de oro
Moscú. Museo Pushkin

.
EL NIÑO JESÚS BENDICIENDO

Zurbarán, a pesar del pequeño formato que es común a este tema, consigue dotar a la figura de una sorprendente monumentalidad.
La excepcional calidad de este cuadro ha hecho que los estudiosos lo reconozcan como obra del artista. Hasta 1930, sin fundamento, se atribuía a Francisco Meneses Osorio, discípulo de Murillo.
El historiador ruso Malitzkaja, fue el primero en identificar en 1950 la pintura como obra de Zurbarán.

Este Niño pintado por Zurbarán es tremendamente natural, su expresión es viva y su sonrisa es de bondad.
Sus armoniosas proporciones, su postura, la seguridad del bracito alzado en bendición y el rostro, de redondas mejillas, inclinado hacia la derecha, son innovaciones que no se encuentran en ninguna otra pintura española de la década de 1640, excepto en la obra de Velázquez.
La túnica azul plateada de pesado tejido con amplios pliegues, los cabellos claros, contrastan con las nubes de tonos naranjas-ocres, en una combinación cromática maravillosa, que se ha conseguido con poca variedad de colores, consigue un resultado muy refinado.

El tratamiento que le da Zurbarán a esta obra es delicado. Las pinceladas están suavemente aplicadas. La luz perfectamente distribuida, unifica la composición.
Su realización data entre 1635-1640


The Virgin of the milk, 1658
Francisco de Zurbarán.
Óleo sobre lienzo.
Museum Pushkin. Moscow


LA VIRGEN DE LA LECHE o VIRGEN CON EL NIÑO
Esta obra fue pintada en el último período del artista, cuando sus imágenes adquieren una nota de cuidado lirismo. Es en estos años cuando su estilo se hace más armonioso y sereno, pero sus cuadros conservaran siempre su sombría austeridad.

La composición queda escrita en un triángulo. A Zurbarán le gustaban las líneas oblicuas. La Virgen y el Niño ocupan la mayor parte de la composición.

El realismo de Zurbarán procede de su deseo de tratar los objetos familiares y sencillos con amor y veracidad, sin exaltarlos por su baja condición.

Los objetos están dotados de una especie de hiperrealismo que arrebata al espectador.

La destreza, el refinamiento en la armonía de los colores, su brillo, constituyen la decisiva contribución de Zurbarán al Siglo de Oro de la pintura española.

La luz del cuadro junto a un fondo más oscuro, da vida a la composición y produce el efecto de profundidad, sin perspectiva lineal.

La profundidad también está sugerida por las líneas oblicuas de la mesa y de la caída del manto.

Una viva luz hace destacar las figuras sobre el fondo oscuro realzando las telas, acentúa la blancura del lienzo blanco del Niño y realza el modelado vigoroso en los tejidos que visten a la Virgen.

El color azul del manto de la Virgen es emblema de Fidelidad y Esperanza, el blanco pureza.

El paño blanco que cubre al Niño y la expresión un tanto apesadumbrada de su rostro se deduce que está presagiando la futura Pasión, siendo el paño blanco prefiguración de sudario.

El vestido rojo, tiene el color del Amor y de la Caridad, pero el rojo es también el color real, aludiendo a la Virgen como “Reina de los Ángeles”.

Aquí, unido el azul con el rojo de la realeza, puede significar la Autoridad y el Amor de Dios Padre que concedió a la Virgen el honor de llevar a su Hijo en su seno.

Los suaves rostros a plena luz están envueltos en una ligera veladura. Los tonos son delicados y artísticamente matizados con el color rosa intenso, empleado a veces por Zurbarán en sus obras de 1650.

Pocos artistas de su tiempo consiguieron representar también como Zurbarán la expresión del rostro, logrando la más pura espiritualidad gracias a la enorme veracidad de su obra.

La Virgen y el Niño, proporcionan el vínculo entre el cielo y la tierra a través de su no fingida naturalidad.

.
De una Virgen hermosa
Celos tiene el sol,
Porque vio en sus brazos
Otro Sol mayor...
.Lope de Vega (1562-1635)
.



MOSCÚ EN NAVIDAD


Museo de Historia.Moscú
Acceso Plaza Roja. Moscú



Plaza Roja y Basílica San Basilio. Moscú

Basílica San Basilio. Moscú


Galería Gum. Moscú





Catedral de Cristo Salvador. Moscú

.
Todas las fotografías que ilustran este reportaje son propiedad de
Calamanda y Le Désespéré de Gustave Courbet.
.
Les deseo
Una Feliz Navidad y
Un Maravilloso Nuevo Año 2010

25 noviembre 2009

FRIDA KAHLO. FRIDA, LA ENCARNACIÓN DE LA MUJER SURREALISTA...

Frida Kahlo, hacia 1938/39, fotografiada por su amante el fotógrafo Nickolas Muray.
“Se me tomaba por una surrealista. Ello no es correcto. Yo nunca he pintado sueños. Lo que yo he representado era mi realidad”


(Frida Kahlo)

Frida Kahlo. Autorretrato para Marte R. Gómez, 1946


“Me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque yo soy el motivo que mejor conozco”
(Frida Kahlo)
La columna rota, 1944


Una columna jónica con numerosas fracturas simboliza su columna vertebral herida. Frida pintó este retrato cuando empeoró su salud y se vio obligada a llevar corsé de acero. Los surcos en el paisaje agrietado se convierten en la metáfora del dolor y de la soledad.
Refiriéndose a su accidente (una de las barras de hierro del tranvía atraviesa a Frida a la altura de la pelvis, de un lado a otro) comenta:

“A mí el pasamanos me atravesó como la espada a un toro”. “Perdí la virginidad”.

Frida, en sus cuadros tan vinculados al arte popular, expresa la belleza convulsiva de su cuerpo herido... de su alma que sufre, ella que es la encarnación de la mujer surrealista.


"Sufrí dos graves accidentes en mi vida... Uno en el cual un tranvía me arrolló y el segundo fue Diego"


FRIDA KAHLO (1907-1954)
Magdalena Carmen Frieda Kahlo Calderón, nace el 6 de julio en Coyoacán, un pueblo de la periferia de Ciudad de México. Es la tercera hija de la mexicana Matilde Calderón y del alemán Wilhelm Kahlo.
En 1913 enferma de poliomielitis y el pie derecho queda ligeramente deformado.
Asiste a la escuela primaria en el Colegio Alemán de México.

En 1922 ingresa en la Escuela Nacional Preparatoria para prepararse para la carrera de Medicina.

De 2000 alumnos que asisten a la Escuela, sólo 35 son mujeres.

Es en 1925, un 17 de Septiembre, cuando Frida sufre un grave accidente de tráfico al chocar un tren con el autobús que la llevaba de la Escuela a casa. Pasa un mes ingresada en el Hospital de la Cruz Roja y es aquí donde inicia su afición a la pintura.


El accidente, 1926

“Mi padre tenía desde hacía muchos años una caja de colores al óleo, unos pinceles dentro de una copa vieja y una paleta en un rincón de su tallercito de fotografía. Le gustaba pintar y dibujar paisajes cerca del río en Coyoacán, y a veces copiaba cromos.
Desde niña, como se dice comúnmente, yo le tenía echado el ojo a la caja de colores. No sabría explicar el por qué. Al estar tanto tiempo en cama, enferma, aproveché la ocasión y se la pedí a mi padre. Como un niño, a quien se le quita un juguete para dárselo a un hermano enfermo, me la prestó. Mi mamá mandó hacer con un carpintero un caballete… si así se le puede llamar a un aparato especial que podía acoplarse a la cama donde yo estaba porque el corset de yeso no me dejaba sentar. Así comencé a pintar mi primer cuadro, el retrato de una amiga mía.”

(Frida Kahlo)
Anteriormente ya había tomado algunas clases de dibujo con el grafista publicitario Fernando Fernández, estudio que se encontraba muy cerca de su Escuela.
Mi nana y yo, 1937

Está representada la nana indígena que la amamanta y Frida en sus brazos con cuerpo de niña y rostro de mujer grande. los ojos de Frida miran adultos y profundos hacia adelante, no hay contacto a nivel de la mirada. la nana es la encarnación mítica de las raíces mexicanas, morena grande, pero también enigmática con su rostro de máscara de piedra de Teotihuacan.
Es en 1928, cuando se afilia al PCM y conoce al que será su marido, Diego Rivera.
Rivera la retrata en el fresco “Balada de la Revolución”, que pinta en el Ministerio de Cultura. Ella abandona el Partido Comunista cuando Rivera es expulsado. Se adhiere de nuevo al PCM en 1948.

Frida en 1929 se casó con Diego Rivera, el genial muralista mexicano, se divorció y se volvió a casar con él.

“Estoy muy intranquila en lo que se refiere a mi pintura, sobre todo porque quiero convertirla en algo útil, pues hasta ahora no he creado con ella más que una sincera expresión de mí misma, lo que está muy lejos de servir al partido. Tengo que luchar con todas mis fuerzas porque lo poco positivo que mi estado corporal me permite hacer, sea también útil a la Revolución, la única verdadera razón para vivir”

(Frida Kahlo)

Sufrió tres abortos a lo largo de su vida

-1932. Se traslada a Estados Unidos, donde reside dos años.
-1938. Se realiza su primera exposición en solitario en Nueva York.
-1939. Durante un viaje a París, conoce a algunos de los pintores y poetas surrealistas más importantes.

Frida y Diego Rivera, 1931

Comenzó a escribir su diario en 1942, hoy constituye uno de los documentos más importantes sobre su forma de sentir y de pensar. Comenta no sólo los sucesos del presente, sino también su infancia y juventud. Habla sobre la sexualidad y la fertilidad, su enfermedad y su padecer, el esoterismo... Plasmó sus pensamientos en estudios a la acuarela, también a la aguada. Es en este mismo año, cuando es elegida miembro del Seminario de Cultura Mexicana.

En 1950, es operada siete veces de la columna vertebral y pasa nueve meses en el hospital, su estado corporal le permitía trabajar de cuatro a cinco horas al día. En su cama fue instalado un caballete especial que le permitía trabajar acostada.

Henry Ford Hospital o La cama volando, 1932
Frida reposa desvalida en la cama transmite la sensación de soledad y desamparo. El cuadro refleja su estado de ánimo tras la pérdida de su hijo y su estancia en el hospital. La sensaciónn de abandono se ve acentuada por la representación de un paraje industrial y ante el que parece flotar la cama.

Mi nacimiento, 1932
Este cuadro alude al aborto que había sufrido Frida no hacía mucho tiempo, ella se imaginaba cómo había sido su propio nacimiento. La cabeza de la madre está cubierta con una sabana: posiblemente hace alusión a la muerte de la madre coincidiendo con la realización del cuadro.

Diego y yo, 1949
Frida pintó este autorretrato en la época en que Rivera tuvo una relación amorosa con la actriz de cine María Félix. El rostro de Frida mira al espectador con mirada triste, sus cabellos enredados en su cuello amenzan con estrangularla.

En 1953, Lola Álvarez Bravo, organiza en su galería la primera exposición individual de la obra de Frida Kahlo en México. La artista asiste a la inauguración en cama. Su pierna derecha es amputada hasta la rodilla.
En febrero de 1954, escribía en su diario:

“Me amputaron la pierna hace seis meses, se me han hecho siglos de tortura y en momentos casi perdí la razón. Sigo sintiendo ganas de suicidarme. Diego es el que, me detiene por mi vanidad de creer que le puedo hacer falta. Él me lo ha dicho y yo le creo. Pero nunca en la vida he sufrido más. Esperaré un tiempo… “

(Frida Kahlo)



El abrazo de amor de El universo, la tierra (México), Yo, Diego y el señor Xólotl, 1949


El cuadro contiene muchos elementos de la vieja mitología mexicana: la diosa de la tierra Cihuacoatl, el día y la noche, el sol y la luna. El perro representa a la figura mitológica Xólotl, el guardián del mundo de los muertos, además de ser el perro preferido de Frida. Ella se comportaba como una madre ante su marido y le encantaría tenerlo en brazos como a un hijo recién nacido.

Dos desnudos en un bosque o la tierra misma, 1939

Rivera no podía soportar los líos amorosos de Frida con otros hombres, pero no tenía inconveniente con las amantes femeninas. Frida tenía varias amigas lesbianas, pero no ocultaba su bisexualidad, fue utilizada por la artista como motivo para diferentes cuadros.

Autorretrato con el pelo suelto, 1947
Muere el 13 de julio de 1954 en la “Casa Azul”, siete días después de su 47 cumpleaños, de una embolia pulmonar.

En su última entrada a su diario, decía:

“Espero alegre la salida… y espero no volver jamás… Frida”.

Según su deseo, fue incinerada entre canciones. Sus cenizas, se encuentran hoy en día, en un jarrón precolombino en la “Casa Azul”.


“Quemar mi cuerpo…no quiero ser enterrada. He pasado mucho tiempo acostada. ¡Simplemente quemarlo!”

(Frida Kahlo)



Frida Kahlo, fotografíada por su amante el fotógrafo Nickolas Muray.

En 1958, se inaugura el Museo Frida Kahlo y es entregado al pueblo mexicano, según el deseo de Diego Rivera (muerto en 1957) y allí es, en la “Casa Azul” donde se conserva viva la extraordinaria personalidad de Frida Kahlo.


“Por otra parte es la primera vez en la historia del arte que una mujer ha expresado con franqueza absoluta, descarnada y, podríamos decir, tranquilamente feroz, aquellos hechos generales y particulares que conciernen exclusivamente a la mujer”

(Diego Rivera)


Autorretrato en la frontera de México y los Estados Unidos, 1932

Frida, como artista y como mexicana, era partidaria de los valores mexicanos posrevolucionarios y apoyaba siempre la búsqueda de la identidad nacional. Establecía límites ante las influencias culturales europeas y neocolonialistas norteamericanas. Así, la sublimación de la cultura autóctona mexicana junto a sus raíces precolombinas e hispánicas, se reflejan continuamente en su trabajo.

La mayoría de sus cuadros portan un mensaje político, incluso cuando ella decía de sus obras:

“Mi pintura no es revolucionaria, para qué me sigo haciendo ilusiones de que es combativa”

(Frida Kahlo)

La novia que se espanta de ver la vida abierta, 1943

Frida, a principios de los años cincuenta pintaba gran cantidad de naturalezas muertas, debido a su enfermedad, ya que no podía abandonar su domicilio y a veces hasta su cama. Eran frutas de su huerto y expuestas en su mesita de noche, que ella politizaba añadiendo inscripciones y palomas de la paz.
SU OBRA MAESTRA: Las dos Fridas


Frida Kahlo. Las dos fridas, 1939
Óleo sobre tela, 170,2 x 170,2 cm.
Museo de Arte Moderno, Ciudad de México.


El espejo jugó un papel importantísimo en sus pinturas, primero por necesidad debido al padecimiento que la tuvo postrada en cama y después como reflejo de la realidad que podía manipular y traducir en una visión de su propia realidad. La dualidad del espejo se transforma en una representación del eterno dilema de su personalidad: la mujer europea con vestido blanco de encaje, propio de una mujer casta, y la india tehuana de piel oscura y ropas coloridas reflejo del mexicanismo de Diego Rivera. Los corazones se unen por medio de una arteria que se enreda como una rama hasta un pequeño camafeo con la imagen de Diego. Los corazones representan las dos Fridas. El corazón de la Frida europea está rasgado mientras ella sujeta en su mano la arteria, prensada con una pinza quirúrgica.


Realizó pocos retratos en los últimos años de su vida, casi exclusivamente naturalezas muertas.

Si hasta 1951 se caracterizaba su pintura por una ejecución técnicamente muy cuidada, una pintura miniaturista, pero cada vez más, en los últimos años de su vida se reflejaba su mal estado de salud. Sus dolores eran cada vez más intensos y con toda probabilidad el consumo de analgésicos y drogas, es la causa de que su pincelada sea ahora más suelta, más descuidada y que sea menos minuciosa en la ejecución de los detalles, de la espesa aplicación del color…

Autorretrato con el retrato de Diego en el pecho y María entre las cejas, 1953/54

En esta obra se aprecia el creciente empeoramiento de la salud de Frida, la pincelada es relajada, evasiva e incluso descuidada.

La artista desarrolló un lenguaje pictórico propio. Aunque sus obras contienen elementos surrealistas, en ningún momento se desprendió por completo de la realidad.


Su pintura, es la más profunda y popularmente mexicana del tiempo actual.
Frida, es una de las pintoras más importantes de la primera mitad del siglo XX.
Bibliografía:
Frida Kahlo. RM
Mil Pinturas de los Grandes Maestros
Kahlo. Andrea Kettenmann
Surrealismo.Michael Robinson

Frida.Una biografia de Frida Kahlo. Hayden Herrera

Frida en Coyoacán, 1936. Fritz Henle

“El Surrealismo es la sorpresa mágica de encontrar un león en el armario donde uno quería tomar una camisa”

(Frida Kahlo)

Frida Kahlo, encontró la manera de representar y expresar la profundidad de su vida a través de su pintura, de las expresiones populares, de su talento tan mexicano.