31 julio 2009

RENOIR: EL PALCO. IMPRESIONISMO

El Palco


“El cuadro tal vez más acertado de la era moderna”

(Roberto Longhi. crítico )

“En la literatura, al igual que en la pintura, el talento sólo se muestra en el tratamiento de las figuras femeninas”

(Renoir)

“Considerando el conjunto de las obras de Renoir, hay que reconocer que ha sido sobre todo el pintor de la mujer.
En su obra se revela un tipo de mujer originalísimo, que se ve aparecer desde los comienzos. Es el de la joven parisiense que desde la burguesa hasta la obrera, desde la modistilla hasta la muchacha que baila en los locales de Montmartre, una personita esbelta, pimpante, vestida con garbo, sonriente, ingenua. A esta parisiense de los siglos XIX y XX le ha conferido Renoir una gracia, una fascinación comparables con las que imprimieron los pintores del XVIII en un mundo totalmente distinto y en unas mujeres de una clase completamente diferente.”

Th.Duret (“Histoire des peintres Impressionistes, 1906”)



Foto Calamanda. Palacio Garnier. Ópera Nacional de París.


La Sala, una de las mejores salas de Ópera jamás construidas, dotada de una acústica excepcional

“Para que el artista tenga un mundo que expresar, primero se tiene que situar en ese mundo, como oprimido u opresor, resignado o rebelde, un hombre entre hombres”

(Charles Baudelaire)

Tanto en Francia como en Inglaterra, pintar escenas de la vida cotidiana se convirtió en el principal objetivo de los artistas en el siglo XIX. Tanto las imágenes como el estilo se encaminaban hacia la modernidad. Rechazaron los valores y normas de La Academia y empezaron a plasmar escenas que destacaban por su relevancia política o social.

“El impresionismo no es sólo una revolución en el campo del pensamiento, es también una revolución para la comprensión fisiológica del ojo humano. Es una nueva teoría que depende de un modo diferente de percibir la sensación de la luz y de expresar las impresiones. Los impresionistas no fabricaron primero sus teorías y luego adaptaron sus cuadros a ellas, por lo contrario, como suele suceder con todos los grandes descubrimientos, las pinturas surgieron de los procesos inconscientes del ojo del artista, los cuales, al convertirse más tarde en motivo de reflexión, dejaron paso al razonar de los filósofos.”

Diego Martelli (1836-1896). Pintor y crítico de arte, 1877

El estilo impresionista se había convertido en una técnica que era facilmente reproducible y ya no sorprendía a nadie, ni al público, ni a los artistas en los últimos años del siglo XIX, pero la revolución de este arte ya había sido ganada. Los impresionistas ya habían entrado a formar parte de la historia del arte y fue evidente la transformación de las artes plásticas durante el siglo XX.

Muy pocos movimientos pictóricos han levantado tantas pasiones años más tarde, como tanto rechazo en sus comienzos. Su secreto está en la capacidad de transmitir a través de la pincelada y el color impresiones primarias y no de la desarrollada hasta entonces figuración estática.


Foto de Renoir

Auguste Renoir era un hombre reservado y meticuloso y que creía firmemente en su trabajo.

“El verdadero arte debe ser indescriptible e inimitable… La obra de arte tiene que agarrarlo a uno, arrollarlo, transportarlo.”

(Renoir)


Renoir, con suaves pinceladas cortas y sutiles gradaciones cromáticas creó contornos borrosos y delicados, de modo que los elementos se funden entre ellos hasta casi disiparse.

Fue en la década de 1870 cuando Renoir conoció a los amigos que le acompañarán el resto de su vida. Uno de ellos, Paul Durand-Ruel, marchante de arte y que comenzó a comprar sus pinturas a partir de 1872.

El escritor Émile Zola y Durand-Ruel apoyaron con gran entusiasmo y determinación la pintura impresionista, un mundo donde no existían dificultades políticas, económicas, sociales…

Foto de Paul Durand-Ruel


Renoir, encuentra a sus modelos entre sus amigos, en los alrededores de Montmartre, en los estudios de los pintores y en la alta sociedad, que le inspiró para crear composiciones elegantes.

La obra de Renoir se desarrolla a lo largo de más de 50 años, entre el siglo XIX y XX, pero mal comprendida debido a sus continuos desafíos, midiendo su experiencia, jugando en los límites del color… en su continua indagación artística.

“En una época en que el arte francés, que hasta principios de siglo había estado tan lleno de encanto y de fantasía, está a punto de perecer en la aridez, la regularidad y la manía de la falsa perfección, fijada en la mesa de dibujo del ingeniero, que se ha convertido en el ideal, pensamos que es necesario reaccionar con rapidez contra esas doctrinas moribundas que amenazan con destruirlo, y que debemos unirnos todos en esta causa.”

(Renoir )

Foto Calamanda. Palacio Garnier



El Fantasma de la Ópera. Publicada en 1910, la novela de Gastón Leroux está ambientada en el París del siglo XIX, en la Ópera Garnier, un edificio lujoso y monumental construido sobre un lago subterráneo entre 1857 y 1874.


Foto Calamanda. Palacio Garnier


EL PALCO


El Palco (1874). 80x 63,5 cm. Courtauld Gallery, Londres.

Renoir pintó y representó en El Palco ( La Loge ) un aspecto más íntimo de las diversiones de la burguesía.

El teatro y la ópera fueron temas que aparecen en varias obras impresionistas. La pintora estadounidense Mary Cassat (1844-1926) fue el miembro del grupo impresionista que pintó más obras sobre el tema del palco del teatro.

El cuadro fue presentado en la primera exposición impresionista (1874) y tal vez sea el más conocido de los expuestos.

La prensa destacó la modernidad del tema y fue casi la única obra que apenas suscitó críticas negativas de la exposición.

Aunque la obra fue acogida con críticas favorables, no encontró comprador. Después Renoir en 1875 la vendió a un marchante por 475 francos (dinero que necesitaba para pagar el alquiler).

El cuadro fue expuesto en Londres (1874-1875) por Durand- Ruel, y en varias ocasiones fue vendido, hasta que lo volvió a comprar por 7.500 francos en 1899. Después el cuadro fue vendido en varias ocasiones.

En la década de 1870, que era el momento de mayor adhesión de Renoir al movimiento impresionista, su pincelada se caracterizaba por un toque vibrante, que hacía muy bella la superficie de los cuadros. Renoir añadía más cantidad de aceite de linaza y trementina a los colores, consiguiendo así de esta forma que su pintura fuera más fluida.

En su breve periodo denominado “duro”, su pincelada se hizo más compacta y amplia, posteriormente, se caracterizó por un toque más suave. Podemos decir que la pincelada de Renoir cambió con el transcurso de los años.

El Palco sorprende por diversas razones que se observan con claridad: la representación de las figuras protagonistas, con un maravilloso juego de contrastes cromáticos, una masa compacta que despierta una bonita fascinación para los que la contemplamos.

El Palco es un magnífico ejemplo de la belleza simple y pura de la técnica de Renoir.

El éxito del cuadro no parece ser su composición, en el interior de un triángulo, ni tampoco su encuadre, con las dos figuras en primer plano. La clave parece ser, el uso magistral del color negro, que según Renoir es el rey de los colores.

El artista representó en el cuadro a una joven en su primera salida.




La figura masculina retratada es Edmond, hermano de Renoir, el joven que desvía la mirada e ignora a la joven.

Su acompañante es la modelo Nina (Niní), también conocida como Gueule-de-raie (cara de pez). Niní era una modelo profesional. Vemos claramente como las carnaciones pálidas de la joven contrastan vivamente con las franjas oscuras del vestido.

Parcialmente en sombra, el rostro de Edmond presenta una forma más indefinida que el de Niní, la mejilla izquierda parece confundirse con el fondo.

Los rouches del vestido alrededor de la muñeca de la joven, están realizados con tenues difuminados de pintura, una técnica muy típica de Renoir.

Para la realización de esta obra Renoir utiliza una técnica variada.

Alrededor del cuello de Niní, observamos su magnífico collar…son infinidad de puntos de color blanco que hacen contraste y brillan con los tonos color crema de sus carnaciones.

Pinceladas delicadas de pintura crean el rojo de las flores que adornan el vestido.

La abundancia y riqueza de las telas del vestido de la joven, contrasta con el delicado tono de su piel, resaltando aún más por las rosas que adornan su cabello.

La figura femenina forma una unidad con la masculina, gracias a la franja negra del vestido, que se funde con la chaqueta de Edmond.

La figura masculina mira con los prismáticos hacia fuera del palco. En cambio Niní, expectante se dirige con su mirada al observador del cuadro de una manera directa.

El cuadro muy bien estudiado por Renoir y realizado en su taller, guarda la frescura de una obra hecha improvisadamente. Nos produce una sensación de proximidad, nos da la sensación de estar contemplando una fotografía.

Por la elección del tema es una obra única, singular (un palco de la Ópera).

Gracias al empleo de una técnica de pincelada suelta y visible, Renoir consigue que el conjunto tenga una gran vitalidad.

En este cuadro el artista no utiliza una gama cromática amplia.
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Esta obra es un fragmento de la vida mundana parisiense…La Belle Époque.

“No sigo otras técnicas o métodos. Últimamente se busca una explicación a todo. Pero si se pudiese explicar un cuadro, ya no existiría el arte. Una obra tiene que atraparte, envolverte, transportarte lejos. Es la manera que tiene el artista para expresar su propia pasión; es una corriente que brota de él y te arrastra”.

Renoir a Walter Pach- pintor y escritor norteamericano.
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Foto Calamanda. Palco del primer piso. Palacio Garnier. Ópera Nacional de París
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EL PALCO
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Detrás de la ventana
del cuadro, Niní,
estás ausente.
Tienes los ojos tristes,
y tu frente
se pierde en el páramo frio
de tu cara.
Miras al fondo, y no ves nada.
El rictus de tus labios enmascara
prudencias y silencios…
algún llanto.
Quizás allá en el fondo en la penumbra,
la butaca vacía,
la sombra tenue de alguien que estuvo
y ya no está, buscas silente.
Tus manos se deshojan,
las flores mienten.
Mientras, tú, arrogante Renoir
buscas delante,
una cara bonita, una ocasión,
quizá una cita.
Ignoras con desdén quién te acompaña.
A nadie extraña.
Tu fama de burgués, tu aburrimiento,
no permite atender esta comedia,
ni un intermezzo, ni un concierto.
En este cuadro Edmond,
entre grises y negros, eres atrezzo.

- azpeitia- desde Zuhaitz- Ondoan


Foto Calamanda. Palacio Garnier.

La araña de bronce y cristal fue diseñada por Garnier y modelada por Corboz. Pesa siete toneladas y posee 340 luces.


Foto Calamanda. Palacio Garnier. Ópera Nacional de París

A J. Antonio Azpeitia por su hermosa ejecutoria estética... por su amistad.

06 julio 2009

RENOIR. DESNUDOS DE MUJER DE AUGUSTE RENOIR. IMPRESIONISMO

Little Bather,1887.
Óleo,60x54cm.
Oslo.


“Un seno, es redondo, es caliente.
Si Dios no hubiese creado el cuello
de la mujer, no sé si habría sido
pintor.”

Renoir


Las grandes bañistas, 1884-1887
“Arreglo mi motivo a mi gusto, después me alejo y lo pinto como un niño. Quiero que un rojo sea sonoro para que resuene como una campana, si no lo es, agrego rojos y otros colores hasta obtenerlo. No soy más inteligente que eso. No tengo ni regla ni método… Miro un desnudo, veo miríadas de tintes minúsculos. Tengo que encontrar aquellos que harán vivir y vibrar la carne sobre mi tela.”

Renoir

Renoir realiza numerosos desnudos femeninos que bosqueja con gran cantidad de fluidas pinceladas; colores cálidos que los funden e integran en el paisaje.

PIERRE – AUGUSTE RENOIR
Limoges, 1841 – Cannes 1919
Su periodo impresionista. Nace el poder del color.

Renoir patriarca del impresionismo, fue uno de los artistas más queridos del siglo XIX. Después de debutar como pintor de porcelanas, ingresa en la Escuela de Bellas Artes, frecuentando también a la misma vez el taller de Gleyre donde conoce a Monet, Sisley y Bazille.

Sus comienzos son muy difíciles: los pocos cuadros suyos expuestos en el Salón no retienen la atención, no tiene dinero.

Sus futuros lazos con los impresionistas se estrechan cuando Bazille lo alberga en su taller. Comienza a frecuentar a Monet.

Pinta paisajes, pero lo que predomina finalmente en su pintura es la figura humana.

Renoir se inspiró en la vida parisina y mostró a jóvenes alegres y despreocupados.

Vemos en el artista el amor que sentía por la vida. Se entrega por completo, por el cuerpo femenino, por la naturaleza… esperando quizás que sus compañeros, compatriotas… que combatían en la guerra, llenos de peligros e incertidumbres de la civilización… encuentren un mensaje de paz y un sosegado encuentro con la naturaleza y el sol.

En los últimos años de su vida evocó una especie de paraíso terrenal… y pintó desnudos voluptuosos en una campiña al calor del sol mediterráneo.

El interés principal de Renoir reside en captar la mezcla de colores brillantes… en estudiar el efecto producido por la luz del sol, en crear una belleza gozosa.

Renoir fue uno de los más grandes pintores de desnudo de todos los tiempos.

Expresó intensamente este placer en la pintura… amaba el cuerpo femenino.

“Considero que un desnudo está terminado cuando me parece que puedo pellizcarlo”

Renoir


Muere la noche del 3 de diciembre tras terminar “Las bañistas”.





Estudio Torso: efectos del Sol. 1875-1876
Óleo sobre lienzo, 81x65 cm.
2ª Exposición impresionista, 1876


“Un gran estudio de mujer desnuda a quien ciertamente habríamos hecho bien en colocarle un vestido, nos entristece por sus tonos violáceos de carne adobada.”

( Louis Enault – “Constitutionnel”)

El tema más importante de su carrera, la mujer.

Esta obra se expuso en la segunda exposición impresionista.

Renoir utiliza la luz y la sombra que se filtra entre un follaje casi abstracto.

Emerge el busto desnudo de la modelo, sus rasgos se disuelven bajo el efecto de la luz.

Se le reprochaba a estos nuevos pintores el aspecto no terminado de sus obras.

La luz tamizada por el follaje se posa como manchas de colores sobre la modelo. Vibraciones coloridas que tienden a disolver las formas.

“Sea Venus o Niní, uno no puede concebir nada mejor”

Renoir


La mujer retratada en esta obra es Niní. Después Renoir fue a Italia y decidió “que no sabía pintar”.

Vemos azul por doquier que… nacido de la luz, colorea las sombras… son experimentaciones para Renoir de la descomposición de un color, sobre la disolución de una forma.

La modelo de esta obra, está pintada como una bañista que se protege del sol.

Las manchas de luz se imprimen a través del follaje sobre el cuerpo de la joven.

Impregnada por el sol, los tonos de sombra modelan su figura opulenta.

El cuerpo y el rostro de la joven están construidos con tonalidades verde-rosadas, el paisaje está sugerido con rápidas pinceladas verde-azuladas.

A Renoir le interesan los colores que reflejan sus cuerpos iluminados por el sol… entre el paisaje.


F. of Fashion.Paris 2002

A finales de la década de 1860 se celebra en París… “ciudad de la luz” la Exposición Universal, presenta al mundo la fotografía.

Si bien no podemos saber el alcance de la influencia que las tomas fotográficas tuvieron en la creación de la obra de los pintores impresionistas, es cierto que los encuadres, la forma de plasmar el movimiento… surge en la pintura a través de la fotografía.

El impresionismo se asocia a diversos inventos técnicos: la fotografía, que es considerada por los impresionistas como un estupendo medio para estudiar los detalles y la aparición de los pigmentos al óleo, hecho que permitió poder pintar al aire libre.

Bañista con grifón, 1870
Museo de Arte de Sao Paulo

Parece una obra clasicista de tema mitológico, una vuelta a los mitos grecolatinos. Los académicos los consideraban adecuados para los artistas de la segunda mitad del siglo XIX, para que desarrollaran su imaginación pictórica.

El estilo compositivo de la “Bañista con grifón” y su tratamiento fuertemente realista, es esencialmente diferente de la pintura experimental elaborada durante 1869.

El cuerpo grueso y musculoso, la pesadez del rostro, el tipo de peinado, sugiere que se trata de una mujer real. Podría ser Lise Tréhot, compañera de Renoir… y su modelo ideal de muchos de sus cuadros y no una idealización… también fue su amante.

De manera evidente esta obra revela la influencia de Gustave Courbet.

Empezaba a aceptarse un tipo de pintura distinta, pero sólo ligeramente.


Mujer desnuda en un paisaje,1883.
Óleo 65x55cm.
París.

“Intenten pues, explicar al señor Renoir que el torso de una mujer no es una masa de carne en descomposición con manchas verdes y violáceas, que denotan el estado de completa putrefacción en un cadáver.”

( Albert Wolff - “Le Figaro”)


Después del baño, 1876
Óleo, 93x73 cm.
Museo de Historia del Arte. Viena


Sobre la identidad de la modelo es evidente el parecido con la famosa Ana, del Museo de Arte Moderno Occidental, de Moscú, fundamental obra de ese período creativo del pintor, en que aparecen con mayor claridad las correspondencias con el estilo de sus amigos impresionistas.

En este maravilloso desnudo, lo mismo que en otras obras del mismo período de Renoir, es evidente el contraste que observamos entre la intensa vitalidad corpórea de la pincelada que define las carnes de la mujer y la vivacidad de la pincelada del fondo en aumento. Renoir parece adoptar las técnicas de Monet.
Este contraste hace que resalte el volumen: el cuerpo de la mujer respira y evoca una gran sensibilidad.


Mujer desnuda sentada, hacia 1876
Óleo sobre lienzo, 92x73 cm.
Moscú, Museo Pushkin.


Ana, la modelo, tiene el cuerpo opulento de las mujeres preferidas del pintor, como Aline Charigot que se convertiría en su esposa.

La composición está muy estudiada.

El rostro de la joven ocupa el centro. La piel blanca, su delicadeza, se debe al blanco puro de las carnaciones, que hace resaltar las mejillas rosadas y los labios.

En la organización compositiva del cuadro, la cabeza es la coronación de un triángulo formado por la espalda, los brazos y el borde inferior del lienzo.

Las tonalidades negras y grises del fondo, junto con los blancos, que no lo son en absoluto, de la tela están aplicados con espátula y se pueden interpretar como recuerdos lejanos de la densa pintura de Gustave Courbet.

El fondo impregnado de una acumulación de telas de color claro, hace destacar el cuerpo de la mujer.

Ella mira más allá del espectador, detrás de él, en una pose provocadora que oculta parcialmente su desnudez.

La elegante curvatura de su espalda nos recuerda a las odaliscas de Delacroix e Ingres



F. of Fashion. 1993

¿Qué es el desnudo?...

“Una forma de arte”

(Sir Kenneth Clark)



Bather Sitting on a Rock,1892.
Óleo 80x64cm.
París. Clección privada

“Es con mi pincel con lo que yo hago el amor”

Renoir

¿Qué hubiera dicho Freud sobre esta afirmación?... ¿La hubiera hallado reveladora?

Renoir solamente apreciaba el atractivo de una mujer desde la perspectiva… posibilidades que le ofrecía como objeto pictórico, como otro fenómeno de la naturaleza.

Mantuvo una actitud de desinterés por las mujeres desde muy joven, lo que nos resulta muy curioso en un artista que pintó algunas de las representaciones femeninas más sensuales.

En alguna ocasión afirmó con humor que pintaba mujeres como podía haber pintado zanahorias… no escondía su manera de pensar.

Gran aficionado a la sensualidad, se mantuvo siempre a la defensiva en sus relaciones con el sexo opuesto… que consideraba superior.

Prefería las mujeres sencillas, campesinas y hogareñas; a las desinhibidas mujeres de la gran ciudad, que lo cohibían.

El piropo… elogio mejor, más entusiasta que hizo de su esposa, Aline, fue que era como su madre, con la que se casó cuando el pintor tenía 49 años.

Bañista, 1893
Óleo, 92x74 cm.
Colección Chester Dale.Washington

Renoir, realizó numerosas obras que pueden catalogarse entre las más significativas de su producción en su último período.

Ya están lejos los tiempos del impresionismo.

La fase de involución clasicista que vive el artista entre 1880-1890 concluye fructuosamente y necesaria para él.

El dominio que Renoir practicó en el período que pensaba que su experiencia impresionista no habría servido para nada, deja pase a una explosión de color que entra en la figura y en las cosas.

El desnudo femenino más que nunca centra la atención de Renoir, quiere que la figura resalte en todo su esplendor.

Muy pocos artistas en toda la historia del arte han dado en sus últimos años, muestras de una vitalidad tan intensa y expresiva.

Las grandes formas dominan ahora el espacio cada vez menos definido por elementos naturalistas.

La sustancia pictórica penetra ahora tan profundamente que es imposible imaginar una visión más unitaria.


Gabrielle á la rose, 1910
Óleo sobre lienzo, 82x66 cm.
Ginebra, colección Skira.

Renoir pinta a Gabrielle en una serie de lienzos.

Vestida con transparentes y amplias túnicas abiertas sobre el seno, con una rosa en la mano o en el cabello y con un fondo indefinido para crear una atmósfera intemporal.

La rosa es el símbolo de la juventud de la joven modelo.

Gabrielle aporta una nueva juventud a la pintura y a la vida de Renoir… será la modelo predilecta del pintor.

Los colores se aplican en este cuadro con una libertad que aglutina todo el camino del aprendizaje del artista.

El pintor preocupado por el futuro de las mujeres que formaban parte de su vida:

“… Cuando las mujeres eran esclavas, eran las amas. Pero ahora que empiezan a tener derechos, pierden importancia. Cuando sean iguales a los hombres, entonces conocerán la verdadera esclavitud.”

Renoir



Foto de Renoir
Referente a su profesión de pintor de porcelanas decía:

“Mi cometido consistía en diseminar sobre el fondo blanco de los ejemplares que decoraba pequeños ramilletes, que se me pagaban a razón de cinco “sous” la docena. Cuando se trataba de adornar grandes piezas, los ramitos eran mayores. Esto suponía un aumento del precio –mínimo, en verdad, porque el dueño del negocio era de la opinión que, en interés de sus propios “artistas”, había que guardarse de “cubrirlos de oro” -. Todas esas piezas de vajilla se destinaban a los países de Oriente. Añadiré que el patrono no descuidaba de poner en ellas la marca oficial de la manufactura de Sévres”.

Renoir

Les Baigneuses (Las Bañistas), hacia 1918-1919.
110x160 cm.
Museo d´Orsay. París

“Soy totalmente feliz y no moriré antes de acabar mi obra maestra”

Renoir

¡Oh, qué hermosa materia!

(Vollard)


Renoir nos hizo entrega de su testamento pictórico, realizado al final de su vida, con el cuadro de “Las Bañistas”.

Regularmente en la obra de Renoir, aparece el tema de las bañistas, sobre todo en los monumentos en los que se preguntaba sobre el sentido que debía dar a sus trabajos e investigaciones.

Se trata de uno de los temas fundamentales del impresionismo.

El artista concibe a sus mujeres de igual manera, rellenándolas con la pasión que le inspiran sus cuerpos, plasmándolas con la fuerza que siempre había venerado y la salud.

Gran explorador de la relación entre el desnudo y el paisaje.

Continúa sus investigaciones, yendo a veces hasta lo monumental.




Sus figuras femeninas las inunda de curvas concéntricas, en paisajes saturados de colores.

Sumerge un rostro colorado en una vibración de pinceladas y elimina la distancia que existe entre la ondulación de una colina y la curva de un cuerpo.

En líneas generales, domina el rojo en todas las obras de la última época de Renoir, pero sin embargo, se lanza a veces a exageradas armonías de azul y verde.


Bibiografía:
Historia del Arte. El realismo y el impresionismo
Entender mejor la pintura en d´Orsay
100 obras maestras del impresionismo.Museo D´Orsay
El impresionismo. Libsa
Renoir. Los Grandes Genios del arte
Renoir. Grandes Maestros de la Pintura
Museo de Historia del arte de Viena
Galería Nacional de Washington
El impresionismo.Ingo F.Walther

Brasserie-café.París.Foto.Calamanda


La predilección de Renoir era presentar sus desnudos en escenarios inespecíficos… así podría centrarse libremente en la forma y el color, no preocupándose de otros elementos descriptivos.

Las figuras opulentas y las carnaciones rosadas eran las cualidades que más apreciaba el pintor en el cuerpo femenino.

Las formas se disuelven en la luz del sol y en el aire.

Sus aparentes bocetos no eran un descuido… son el resultado de una gran pericia artística.

Si Renoir hubiera hecho hincapié en los detalles… sus cuadros parecerían escasos de vida.

Tuvo que pasar tiempo para que el público aprendiera a ver un cuadro impresionista… tenían que retroceder algunos metros para ver colocarse esas manchas en su sitio y al instante descubrir y adquirir vida ante nuestra mirada.
Conseguir este milagro fue el propósito y la tarea de los impresionistas
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Fue el rotundo el triunfo del impresionismo.

Inició su vida artística como decorador de porcelanas y la terminó siendo considerado uno de los fundadores del movimiento impresionista y pintor de fama internacional.

“Renoir es el verdadero pintor de la mujeres jóvenes, de las cuales sabe representar, en esa alegría del sol, la flor de la epidermis, el terciopelo de la carne, el nácar de los ojos, la elegancia del peinado.”

(J.K. Huysmans – En L´Art Moderne, 1882)


Foto. Calamanda


“Pintor: en tu paleta rumorosa,
Cuando vierten sus jarras los colores,
Ya todos son ramos de flores.
Y rosa.”
“Renoir” de Rafael Alberti