12 octubre 2013

MANET Y "OLYMPIA". ÉDOUARD MANET.

 
"Olympia"
 
 
"Monstruo del amor profano, ella es un escándalo y un ídolo; una presencia pública que rezuma el poder del esqueleto en el armario de la sociedad... Vestal bestia consagrada a la desnudez absoluta, lleva en sí sueños de toda la barbarie elemental y los ritos animales que se conservan en las costumbres y prácticas de la moderna prostitución".
 
-Paul Valéry-
 


 
"Olympia", 1863, de Édouard Manet.
Foto de Calamanda.
 
 
"Lo bello está hecho de un elemento eterno, invariable, cuya cantidad es excesivamente difícil determinar, y de un elemento relativo, circunstancial, que será, si se quiere, por turnos o todo junto, la época, la moda, la moral, la pasión".
 
-Charles Baudelaire-
 
 


 
Édouard Manet. "Olympia", 1863.
Óleo sobre lienzo, 130 x 190 cm.
Musée d´Orsay.
París.-
 
Manet estuvo muy influenciado por Velázquez, Goya y el Renacimiento italiano.
 
"Olympia" es una obra capital entre la tradición clásica y el arte moderno.
Manet se inspiró en la "Venus de Urbino", de Tiziano, para crear esta obra.
 
Reprocharon a Manet pintar como un niño. El artista renuncia a la perspectiva, con un gran fondo plano, casi ausente de profundidad.
 
La obra provocó un escándalo cuando fue presentada al público, por primera vez, en 1865, en el Salón de París.
La reacción fue muy violenta, todos estaban acostumbrados a ver desnudos de figuras alegóricas y este cuadro gozaba de un gran realismo, también en las novelas del momento el nombre de las prostitutas era Olympia.
Este desnudo fue calificado de inmoral.
La obra fue calificada por los críticos de "ramera manida", "hembra gorila".
Era la primera vez que se veía a una mujer desnuda, en carne y hueso, preparada para hacer el amor y sabían que era la intención de Manet cuando realizó este trabajo.
Durante la exposición, fue urgente y necesario poner a dos personas para proteger el cuadro, de bastonazos de los visitantes.
Tacharon a Manet de provocador y dedicado a lanzar insultos a la moral burguesa del momento.
Muchos vieron también en el cuadro la pose de fotografías pornográficas que circulaban por París, se suponía que iban dirigidas al mercado artístico.
 
La obra también recibió el nombre de "La Venus moderna".
 
 

 
 
 
Manet, en Olympia, nos muestra a una prostituta, mantenida y rodeada de lujo, recibiendo un ramo de flores que le envía un admirador. Las joyas y el gato negro, entre otros, son detalles eróticos que acentúan la provocación de la obra.
 
Olympia mira al espectador.
Ella no sonríe, no transmite romanticismo y misterio.
En esta obra su sirvienta de color es una novedad.
 
La modelo, es Victorine Meurent, amante de Manet, ella nos mira, no se esconde y presume de su oficio.
 
La mirada fue considerada de inquietante por los críticos, porque para el espectador era asumir el papel de cliente de Olympia.
 
 

 
 
 
Resaltan tonos vivos, fuerte contraste de color y luz.
Una gran mancha blanca (desnudo y sábanas) fuertemente contrastada contra el fondo, incluyendo la cabeza de la sirvienta y el gato.
 
La cinta negra resalta la desnudez de Olympia.
 
Siendo una obra que han considerado "brutal", por sus fuertes contrastes de claros y oscuros, sus delicadas yuxtaposiciones de los tonos han hecho de ella una gran obra maestra.
 
Muchos calificaron esta obra de "Odalisca de vientre plano", y Zola, gran defensor de esta obra, respondió a Manet:
 
"Para ti una pintura es un ejercicio de análisis. Querías un desnudo, y tomaste a Olympia, la primera que apareció, querías manchas brillantes y luminosas, y el ramo y las flores las ofreció, querías manchas negras, y añadiste una mujer negra y un gato negro. ¿Qué significa todo esto? No creo que tú lo sepas; yo tampoco. Lo que sé es que lograste crear una obra maestra de la pintura, de la gran pintura, así como traducir a un lenguaje especial la verdad de la luz y la sombra, la realidad de las criaturas y los objetos".
 
 


 
 
El gato negro, con cola levantada, fue pintado posteriormente, es sinónimo de lo que oculta Olympia con su mano, y a su vez destaca más de lo que se intenta esconder.
 
El lomo curvado del gato es símbolo de sensualidad muy descarada.
 
Zola salió en defensa de su amigo y afirmó que Manet necesitaba justo en este lugar un toque de color negro, cerca de otra mancha del mismo color para justificar el color de la criada.
 
Baudelaire, impresionado y obsesionado también con el gato negro, de la obra, escribió en unos versos:
 
"Me hubiera gustado vivir con una joven giganta. Como un gato voluptuoso a los pies de una reina".
 
 


 
 
En la obra destacan diversos símbolos de amor.
 
Olympia lleva perlas, y son atributos de la diosa del amor, Venus.
 
El gato: sensualidad.
 
Orquídea: Olympia lleva en el pelo, y a las orquídeas se les atribuían propiedades afrodisíacas.
 
Lleva una zapatilla nada más en un pie, es símbolo de la inocencia perdida.
 


 
 
León Daudet escribió en 1932:
 
"La Olimpia abucheada, tratada de inmundicia innombrable, de ofensa al pudor, de obscenidad sin nombre, se ha colocado tranquilamente entre los cuadros mas bellos del mundo, junto a la desnuda de Goya".
 
Marcel Proust y Kenneth Clark sintieron fascinación por esta obra de Manet.
 


 
Olympia, 1863.
Musée d´Orsay, París.
A iniciativa de Claude Monet, oferta al Estado por suscripción pública, 1890.
 
 
Manet a Tomás Couture, su maestro:
 
"Hago lo que veo y no lo que les gusta ver a los demás, hago lo que es y no lo que no es".