05 julio 2010

LA ESCULTURA EN EL MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA. BOGOTÁ.



"Una educación desde la cuna hasta la tumba,
inconforme y reflexiva,
que nos inspire un nuevo modo de pensar
y nos incite a descubrir quiénes somos
en una sociedad que se quiera más a sí misma... "

Gabriel García Márquez, 1994.


Museo Nacional de Colombia. Bogotá.




Anónimo, 1936.
Fotografía sobre papel.
Museo Nacional. Bogotá.


Estudiantes en la clase de escultura, 1928.
Fotografía sobre papel. Colección particular.



Rebeca. Anónimo.
Talla en mármol.
Museo Nacional de Colombia.

Esta obra es una réplica de La Rebeca, una de las esculturas públicas más reconocidas en Bogotá, realizada en 1926 por Roberto Henao Buriticá (1898-1964). Fue estudiante de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá.
La escultura representa a un personaje bíblico, no deja de evocar las ninfas y mujeres propias de la mitología grecorromana, que fueron motivo de diversas esculturas que decoraban los jardines franceses a fines del siglo XIX.     
                                                                                           


Navegante. Edgar Negret, 1920.
Aluminio pintado en rojo, 103 x 99 x 118 cm.


Muchos títulos de Negret permiten una interpretación literal. Sus obras se alejan de esa lectura narrativa para centrarse en la experimentación plástica.
En esta serie se consolidan elementos característicos del lenguaje del escultor: la aplicación del color plano, láminas arqueadas que producen espacios interiores, tornillos a la vista que intencionadamente resaltan el carácter industrial del aluminio y la construcción estructurada a partir de módulos.                                          


Eva. José Domingo Rodríguez, 1929.
Modelado (yeso).

Esta obra participó en la Exposición iberoamericana de Sevilla (1929). A su regreso de España, donde estudió con Victorio Macho, Rodríguez fue recibido como una promesa de la escultura. Tomó de Macho su técnica incomparable.
                                                         
La Presumida, 1946.
Terracota.
Luis Alberto Acuña (1904-1993).


Reposo, 1949.
Terracota.
Luis Alberto Acuña (1904-1993)


Afrodita, 1950.
Terracota.
Luis Alberto Acuña (1904-1933).


La diosa, 1950.
Terracota.
Luis Alberto Acuña (1904-1993).


Campesina, 1930.
Caoba ejecutada por el taller Zárate.
Luis Alberto Acuña (1904-1933)

Se reconoce en esta escultura a una mujer campesina, de rasgos simplificados, seguramente de una zona de tierra fría, que lleva sombrero y trenzas  tradicionales.
                                                         

Policarpa Salavarrieta, 1940.
Talla (madera).
Carlos Reyes Gutiérrez (1907-1997)

En el peinado estilizado se aprecia una repetición de formas y ritmos. La expresión del rostro destaca por el ceño fruncido. Capta el momento en el que llena de valor y arrojo está dispuesta a morir.
Carlos Reyes Gutiérrez inició sus estudios de arte en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá.


Golpeador / Llamador de Puerta del Paraíso, 1925.
Fundición (bronce).
Rómulo Rozo/Codina Hnos.

Este golpeador mezcla la creación artística con el diseño de piezas decorativas. Se representa a Adán y Eva, cuando ésta recibe el fruto prohibido de la serpiente. En la parte superior se reconoce una figura masculina que respresenta a Dios; en la parte inferior, se destaca una gran manzana.
Esta pieza ganó un premio en la Exposición de Arte Decorativo en París (1925).


Veterano liberal, 1937.
Talla (Caoba).
Ramón Barba Guichard (Madrid, 1894-Bogotá, 1964).

En este busto de un campesino con ruana se resaltan las diferentes texturas logradas con la talla en madera, técnica que el artista había aprendido en la Escuela de artes y Oficios y la de Artes decorativas de Madrid.
Cada parte recibe un tratamiento diferente: el pelo sufre una transformación a partir de formas geométricas, se siente la piel gruesa y ancha, y la textura de la ruana es trabajada cuidadosamente.


Maternidad, 1944.
Talla (piedra).
Miguel Sopó Duque.

La obra fue premiada en el V Salón Nacional de Artistas Colombianos (1944) con el primer puesto en la sección de escultura.

"Sopó en esta escultura se enfrentó a serios problemas, porque fue tallada en forma directa. Tomó el bloque, calculó las proporciones de la cara, el busto y las piernas de la madre, luego la cabeza y las manos del niño y comenzó a quitar con el cincel los trozos de piedra que sobraban para que el conjunto emergiera tal como lo vemos; no hizo bocetos ni utilizó  para nada el compás"
(Jorge Moreno Clavio).


Angustia, 1942.
Vaciado en yeso. Talla en granito.
José Domingo Rodríguez (1895-1968).

La visión escultórica "como depósito de la belleza, la furia o el drama de los cuerpos" se puede observar en Angustia.
Se ejemplifica uno de los cambios radicales de la escultura: la integración de la figura a la base de la cual emerge.
La obra en yeso sirvió para que un experto tallador realizara la talla en piedra.


Museo Nacional de Colombia.


Pecho con puertas, 1933.
Fundición (bronce).
Jim Amaral.


Museo Nacional de Colombia.

Todas las fotografías que ilustran este reportaje son propiedad de Calamanda y Le Désespéré de Gustave Courbet.