26 octubre 2009

FRANCIS BACON. BACON OBSESIONADO POR LA VIDA.

Tres estudios de Muriel Belcher (Fragmento),1966.
Óleo sobre lienzo, tríptico, cada panel 35,5 x 30,5 cm.Colección privada.


“Pienso que el arte es una obsesión con la vida” (Bacon)


Estudio de desnudo con figura en el espejo, 1969.
Óleo sobre lienzo, 198 x 147,5 cm. Londres, Ivor Braka Ltd.


Me considero un creador de imágenes. La imagen es más importante que la belleza de la pintura…” (Bacon)


Dos figuras,1953.
Óleo sobre lienzo, 152,5 x 116,5 cm.Colección privada.


OCUPA UN LUGAR ESPECIAL EN EL ARTE DEL SIGLO XX.

FRANCIS BACON


Francis Bacon, 1978


Francis Bacon, nació en Dublin en 1909 y murió en Madrid en 1992. Hijo de padres ingleses, vivió la mayor parte de su vida en Londres. Trabajó de decorador en París y pasaba veranos en Mónaco.
"No se puede decir que yo sea irlandés. Es verdad que nací en Irlanda y que hay cosas de Irlanda que me gustan, como la forma en que allí se construyen las frases. Hay escritores y poetas irlandeses muy grandes, como Synge y Yeats. Quizás comparto con los irlandeses cierto entusiasmo desesperado". (Bacon)

Se inspiró en Picasso, en sus primeras acuarelas y dibujos.

Bacon, autodidacta, empieza a pintar en los años treinta, bajo la clara influencia del surrealismo y de la figuración distorsionada de Picasso.

Comienza a pintar óleos en 1944, destruye sus primeros trabajos y crea un nuevo estilo pictórico, así como una nueva tendencia contemporánea.

En 1962 pinta su primer gran tríptico, Three Studies for Figures at the Base of a Crucifixion.

En 1963, comienza su relación con George Dyer, que se convertirá en una fuente de inspiración habitual.

Las pinturas existencialistas del artista se caracterizan por su inusual mezcla de realismo y surrealismo, de lo abstracto y de lo figurativo.

Apartado de tendencias y novedades en el arte moderno, Bacon permaneció fiel a su estilo figurativo durante más de cincuenta años, hasta convertirse en el artista realista más importante de la época.

Bacon utilizaba a menudo la fotografía para trabajar, pero consideraba que la pintura gozaba de la gran ventaja de las texturas y que se conseguía un efecto más intenso que con la fotografía.

Su obra, es un documento preciso de una época reflejada por la poderosa imaginación del artista. Posiblemente ningún artista del siglo XX haya representado con su pintura la tragedia de la existencia con tanto realismo como él. El artista pinta a partir de la vida misma.

Estudio de autorretrato,1964.
Óleo sobre lienzo, 155 x 140 cm.
Londres, Richard Nagy Fine Art.


“Me gustaría que mis cuadros se vieran como si un ser humano hubiera pasado por ellos como un caracol, dejando un rastro de la presencia humana y de la memoria del pasado, igual que el caracol va dejando su baba”. (Bacon)

Generalmente fragmentados, sus cuadros son representaciones de una realidad interior, de una perturbación sentida y presentida. Bacon es una de las figuras más destacadas de la pintura visionaria de posguerra.

En 1955 tuvo lugar su primera exposición retrospectiva, en el Institute for Contemporary Arts de Londres.

Bacon escogió por primera vez el tríptico para su obra “Tres estudios de figuras para la base de una crucifixión” (1944). En el tríptico, el artista encontraba la posibilidad de multiplicar un motivo, que se ve así representado desde diferentes puntos de vista, que vemos simultáneamente.

Bacon había dicho de sus trípticos que eran lo que más le gustaba hacer “Creo que puede tener relación con la idea que he tenido a veces de hacer una película. Me gusta la yuxtaposición de las imágenes separadas entre lienzos diferentes”

Bacon utilizaba para sus retratos un solo modelo. A sus obras acabadas, él las solía llamar “Estudios”, para no definirlas como obras “terminadas”.

El artista, era un pintor expresivo y radical, de todas las posibilidades de la existencia, solamente eligió los extremos desesperados como objeto.


Segunda versión de "Pintura 1946", 1971.
Óleo sobre lienzo, 198 x 147,5 cm. Colonia, Museum Ludwig.


Bacon, es sin duda, uno de los artistas ingleses más controvertido y perturbador. Obsesionado por las imágenes de enfermedades de la boca, se propuso captar la expresión y así trató específicamente de representar a la humanidad repelente, el pánico, el dolor, plasmó lo horripilante, lo alucinatorio…

Sus cuadros describen estados psíquicos y conmovedores, como el miedo y la desesperanza.

Francis Bacon, partiendo del surrealismo que conoció de joven, practicó un estilo propio, que lo convirtió en uno de los mejores artistas del siglo XX.



Retrato de George Dyer en bicicleta, 1966.
Óleo sobre lienzo, 198 x 147,5 cm. Riehen/Basilea, Fondation Beyeler.


El tema principal de sus obras fue el ser humano, al que representó dentro de espacios indefinidos y superficiales, en cajas invisibles de cristal, convirtiéndolo en una criatura torturada.

En sus cuadros contrasta la claridad del espacio, con la violenta forma de representación de las figuras, estimula su visión de lo humano, que él representa en las situaciones más triviales y a las que impone deformaciones plásticas.

El retrato es una constante en su obra.

Francis Bacon.


Es cierto que en el arte de Bacon a través del motivo de la figura humana existe una notable constancia, pero fueron muy diferentes sus manifestaciones en la evolución de su pintura a lo largo de los años.

Desde el punto de vista estructural, a partir de 1962 se pueden descomponer en ciertos elementos básicos que nos permiten descubrir los medios empleados para crear sus obras. Es a partir de ahora, cuando Bacon establece una estructura que altera en muy pocas ocasiones, limita el soporte de sus obras al formato de gran lienzo y al de retrato de cabeza, solos o bien formando parte de un tríptico. El plano, la figura, la zona del entorno, que son los elementos que constituyen las pinturas de gran tamaño quedan establecidos. El artista tiene ya vía libre para plasmar su creatividad.



Dos estudios de George Dyer con un perro,1968.
Óleo sobre lienzo, 198 x 147,5 cm. Roma, colección privada.


Bacon, por regla general, solía empezar el cuadro pintando una figura en el lienzo vacio, después fijaba la postura y la posición con óleo negro casi seco, como dibujando.

Siempre pintaba primero la figura y después el entorno, desde el exterior hacia ella.

Si los retratos parecen pegados a la superficie, en las composiciones de mayor tamaño la figura suele estar más retirada.

Las dimensiones de sus figuras no suele variar, no traspasan la composición, actúan sin salir de su zona.

La actuación de la figura es lo que determina la creación del entorno a su alrededor y después el fondo. En sus figuras de gran opacidad y espesor, incluída la zona sobre las que se sitúan, cuando utiliza el blanco sirve para unificar la totalidad de la obra y a su vez sirve como soporte visual de cuerpo activo.


Fragmento de una Crucifixión, 1950.
Óleo, 140 x 108,5 cm. Eindhoven, Van Abbemuseum.


Su actividad pictórica estaba muy controlada por el artista, más de lo que él quería reconocer, dejaba muy claro siempre que el azar no era una estrategia artística, sino una actitud fundamental ante la vida. Era un gran aficionado al juego. Reivindicaba la espontaneidad.

Bacon es uno de los grandes pintores de la forma humana y uno de los mayores artistas del siglo XX.

Cabeza VI, 1949.
Óleo sobre lienzo, 93,2 x 76,5 cm.
Londres, Arts Council Collection, Hayward Gallery.

Estudio de Velázquez,1950.
Óleo sobre lienzo, 198 x 137,2 cm.
Colección del legado de Francis Bacon.


INFLUENCIAS PICTÓRICAS.

Bacon retoma temas iconográficos ya existentes, como el retrato de Inocencio X, La Crucifixión. Realiza retratos de sus amigos y de sí mismo, también numerosos desnudos en interior. Pinta toros bravos, perros, chimpancés y escasos paisajes.

En cierta ocasión declaró que sólo hacía paisajes cuando se sentía incapaz de pintar figuras.

Sus obras se presentan solas, en trípticos, en series, en gran formato o pequeño formato para los retratos.

Se inspira en el cubismo de Picasso, el post-cubismo del escultor Moore, la fotografía, la radiografía, el surrealismo cinematográfico de Buñuel y libros de medicina completan sus fuentes de inspiración.

Su obra se suma a una generación de artistas en busca de la expresión violenta, dando rienda suelta a su imaginación; pinta el cuerpo de sus personajes con toda clase contorsiones, muy a menudo llevadas al límite. Representa a los cuerpos en posturas íntimas y banales. Torturados por su pintura, sus personajes muestran el dolor físico, el odio… Bacon sitúa a sus personajes en un espacio vacío o en un baño, cama… esta asociación aumenta el malestar. Le gusta destruir los rostros y captar su reverso, para penetrar en el interior, conservando la realidad física.

Es sorprendente la unión que crea entre el colorido empleado y la expresión de los rostros.

Emplea una pincelada vigorosa, trazos de gran fuerza, el color vivo, el empaste granuloso. Prefiere los tonos que van del naranja al rojo, del rosa claro al violeta.


Estudio del cuerpo humano(fragmento Díptico), 1982-1984.
Óleo y transferibles sobre tela de lino, 198,5 x 148 cm.
Washington DC, Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Smithsonian In.


Más que un pintor, siempre me he considerado un intermediario del accidente y la casualidad… no creo que tenga talento; sólo soy receptivo…” (Bacon)

Autorretrato,1973.
Óleo sobre lienzo, 198 x 147,5 cm.Colección privada.


Estudio de George Dyer frente al espejo, 1968.
Óleo sobre lienzo, 198 x 147,5 cm.
Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza.

Contemplar la pintura de Bacon nos exige una concentración máxima, abrir los ojos y la mente a la belleza de su técnica y así adentrarnos en el mundo particular de las obsesiones del artista.

“Y después de todo, como somos seres humanos, nuestra principal obsesión es con nosotros mismos. A continuación, tal vez con los animales, y después con los paisajes”. (Bacon)

Bibliografia:
Bacon, Luigi Ficacci
Arte del siglo XX. Ruhrberg.Scheckenburger...
Maestros de la pintura, P.Fride R.C.
Estudio de Francis Bacon en Reece Mews.