18 septiembre 2011

GEORGE SEGAL. "EL CONDUCTOR DE AUTOBÚS", 1962.


"Me encanta observar a la gente. Me interesan sus gestos, sus experiencias y las mías. En los primeros años, pasé largo tiempo intentando observar a las personas en su entorno de la manera más obtusa posible. A menudo las vi contra una luz cruda o rótulos luminosos. Las contemplé contra objetos visualmente vivos que se consideraban de clase baja, antiartísticos, inartísticos, kitsch e irreputados..."

( George Segal )


"El conductor de autobús", 1962. George Segal.
Figura de yeso sobre estopilla; partes de un autobús, incluida máquina cobradora, volante, asiento de conductor, asidero,etc.
Figura, 138x 68,2x 114 cm.
Todo el conjunto, 226x 131x 195 cm.
Foto Calamanda.

George Segal , escultor estadounidense, nace en NuevaYork en 1924.
El artista confiere a situaciones basadas en la soledad americana un carácter universal de un modo casi clásico. Sus figuras de yeso las sitúa en escenarios reales, dando la impresión de que se trata de personas petrificadas en un día de trabajo, en un día cualquiera de su vida.


Foto de Calamanda.

Viajando una noche en autobús de Nueva York a Nueva Jersey a Segal se le ocurrió la idea de "El conductor de autobús".
A Segal el conductor le pareció muy huraño, arrogante, triste...pensó: "Dios mío, ¿a este engreído le confío yo mi vida?".

En un depósito de chatarra encontró  un autobús abandonado y se llevó la plataforma del conductor, esa armadura metálica que incorpora a "El conductor de autobús" sirve de habitáculo a la figura de yeso vaciada del natural.
El artista solía dejar los yesos sin pintar.
Le interesa el individuo, sus actitudes, su estado psicológico, sus gestos.
Sus amigos le sirven a Segal de modelos para sus figuras y emplea una técnica que permite vendarlos y hacia el exterior reconstruir la figura. El artista contrasta sus figuras con objetos reales y así crea un aura entre la melancolía y el silencio en sus obras.



"El conductor de autobús",1962. G.Segal.
Foto Calamanda.

"La dignidad del desvalimiento: un hombretón rodeado de maquinaria, pero en el fondo un hombre nada heroico atrapado por fuerzas que lo superan, que ni controla ni menos aún comprende".

Así veía Segal a "El conductor de autobús".



Foto Calamanda.