"La Primavera" o "Las Floreras"
1786-1787 (detalle obra)
Francisco de Goya y Lucientes.
"Empiezo a tener enemigos mayores y con mayor encono"
-Goya-
Goya escribe a Zapater, a propósito de los cartones entregados en 1779 y tener el privilegio de asistir a la aprobación de sus trabajos por el rey.
"La Primavera" (detalle obra)
La Primavera o Las Floreras pertenece a una serie que fue destinada al comedor del Príncipe de Asturias, en el palacio de El Pardo, Madrid.
Forma parte de una serie maravillosa de cartones para tapices y representan las cuatro estaciones del año y los temas son de género popular: La Primavera, La era, La Vendimia y La Nevada.
El otoño o La Vendimia está considerada una de las obras maestras de la juventud del artista.
Goya quiere captar la luz de cada estación y tiene un interés especial en esta serie.
El artista representa una escena campestre.
La composición de esta obra es piramidal, es la moda del momento y asegura éxito.
Goya utiliza una paleta de colores claros y luminosos.
Destacan en el cuadro toques brillantes de color rosa, rojo, verdes, azules, blancos y que no dominan el conjunto de la obra.
Destacan las pinceladas sueltas y el artista inunda con una luz magnífica el cuadro.
Una joven florera o florista vestida de maja ofrece una rosa a una señora, arrodillada.
El vestido de maja suele ser de vivos colores y destaca la figura de la mujer, deja ver un amplio escote y también a la vista el tobillo y el pie. Llevan el cabello recogido en una red.
Los trajes de maja eran típicos en el atuendo de los gitanas del sur, al parecer, y Madrid los comenzó a utilizar para las fiestas de San Isidro y después se convirtió en una especie de traje nacional.
Fue una protesta en contra de la influencia francesa.
En la época de Goya imitan las clases sociales esta moda y es una manera elegante de protestar contra el dominio francés.
La joven maja arrodillada puede hacer alusión a Flora.
Flora en la mitología romana era la diosa de la primavera, las flores y los jardines, y simboliza la renovación del ciclo de la vida.
La señora lleva de su mano a una niña con un pequeño ramo de flores.
La niña muestra una actitud infantil tirando de su mano.
Detrás un hombre, campesino, nos hace señas a nosotros con el dedo, pide silencio, él parece que quiere dar una sorpresa a la señora con una liebre o un conejo en su mano, es símbolo de la fecundidad y también está asociado a la primavera.
A la izquierda de la obra vemos una Iglesia.
Las montañas del fondo de la obra pueden ser un recuerdo a la Sierra de Guadarrama, cerca de Madrid, o también Gredos, muy cerca del lugar donde el artista había trabajado un par de temporadas.
Óleo sobre lienzo, 277 x 192 cm.
1786-1787.
Museo Nacional del Prado. Madrid.
Goya centró en la primera mitad de su vida creativa la realización de cartones de tapices para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.
Comienza en Madrid en 1775 y colabora con Mengs, primer pintor de cámara y director artístico de la Real Fábrica. Dedicó dos décadas a esta actividad y para tres generaciones de la Familia Real.
Su reconocimiento llegó once años después, cuando fue nombrado pintor del rey en 1786.
Todos eran una novedad, no había pintura de género en España hasta la creación de los cartones de Goya.
Reflejaban imágenes originales y nuevas.
Pintó siete conjuntos de pintura para tapices y cincuenta se conservan en el Museo del Prado.
No eran las únicas, pero quizás las más relevantes que se hicieron para la Real Fábrica.
En la mayoría de las obras el artista ha utilizado colores ricos y dan vida a la composición.
Destacan las escenas de entretenimiento de la nobleza y el pueblo, cotidianas.
Los cartones de Goya no son bocetos, son magníficas pinturas al óleo completas y finalizadas.
Los Cartones para Tapices de Goya.
Me dijo un alba de la primavera:
Yo florecí en tu corazón sombrío
ha muchos años, caminante viejo
que no cortas las flores del camino.
Tu corazón de sombra, ¿acaso guarda
el viejo aroma de mis viejos lirios?
¿Perfuman aún mis rosas la alba frente
del hada de tu sueño adamantino?
Respondí a la mañana:
Sólo tienen cristal los sueños míos.
Yo no conozco el hada de mis sueños;
no sé si está mi corazón florido.
Pero si aguardas la mañana pura
que ha de romper el vaso cristalino,
quizás el hada te dará tus rosas,
mi corazón tus lirios.
-Antonio Machado, 1875-1939-
"Me dijo un alba de la primavera"